La historia de Quirinux

Quirinux: Un viaje creativo y colaborativo

La historia de Quirinux está profundamente ligada a mi propio camino como creador.

Soy Charlie Martínez, y en 2015, mientras estudiaba Realización de Cine Animado en el Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda (IDAC), decidí iniciar este proyecto con un objetivo claro: construir una herramienta que facilitara la creación de cine animado y que fuera accesible para todas las personas. No solo buscaba un sistema operativo funcional, sino uno que me diera libertad creativa y tecnológica, y ahí fue donde comenzó el viaje de Quirinux.

La palabra «Quirinux» es la unión de «Quirino» y «Linux». Un humilde homenaje a Quirino Cristiani, autor del primer largometraje animado sonoro de la historia, hecho en Argentina, con su propia técnica de dibujos recortados.

Los primeros pasos: de Buenos Aires a Galicia

Lo que empezó como un proyecto personal en Argentina, pronto creció y cruzó fronteras. Quirinux nació oficialmente en 2019, cuando lo compartí por primera vez con la comunidad del software libre en el Festival Latinoamericano de Instalación de Software Libre (FLISoL). La recepción fue mejor de lo que imaginaba: profesionales de la animación y la tecnología comenzaron a adoptarlo y difundirlo. Esa fue la primera señal de que Quirinux respondía a una necesidad más amplia.

En esos primeros años, Quirinux se utilizó en proyectos de animación y cine, incluyendo la creación de bandas sonoras para cortometrajes, y poco a poco, fue ganando visibilidad en festivales y en la comunidad de software libre. Durante ese tiempo, el proyecto también cruzó el Atlántico: a partir de la versión 2.0, el desarrollo continuó desde Galicia, España, dónde sigue evolucionando.

Crecimiento y evolución: Comunidad y colaboraciones

Quirinux siempre ha sido más que un software. Desde el principio, se concibió como una plataforma para compartir conocimiento y creatividad. En 2020, el proyecto empezó a incorporar colaboraciones clave, como el diseño del nuevo logotipo por Thomas Gaya y la participación de diversos profesionales que enriquecieron el desarrollo técnico, la seguridad y la usabilidad del sistema.

Un momento decisivo fue en 2023, cuando Quirinux se integró al Censo Oficial de Distribuciones Derivadas de Debian y fue reconocido por Screenfetch, lo que reforzó su lugar en la comunidad Linux. Ese año también marcó el lanzamiento del foro de usuarios y un blog de novedades técnicas, acercando aún más a la comunidad.

Pero lo que realmente hace de Quirinux algo especial es su capacidad de adaptación. A lo largo de su evolución, hemos trabajado para que funcione en equipos con más de 10 años de antigüedad, promoviendo la sostenibilidad tecnológica y facilitando su uso en diversos contextos creativos. Es esta visión de accesibilidad y colaboración la que ha guiado el crecimiento del proyecto, manteniéndose siempre fiel a sus principios de libertad y apertura.

Consolidación técnica: Hacia el futuro

En 2024, Quirinux alcanzó un hito importante con la adopción de un servidor propio para sus repositorios de software, lo que permitió que las actualizaciones fueran más rápidas y seguras. Además, las incorporaciones de Javier Obregón, Piero Proietti y Sela González al equipo han sido claves para que se fortalecieran aspectos como la seguridad y se lograra la implementación del instalador Calamares -lo que facilita la instalación en modo dual boot y el soporte multi-idioma– y la compatibilidad con Mac.

El desarrollo de la versión 2.0 fue un proceso de cinco años, y cada avance se hizo pensando en mejorar la experiencia de los usuarios. Desde la creación de aplicaciones nativas, como el Asistente Quirinux, hasta mejoras que introducimos en herramientas desarrolladas por terceros, como Tahoma2D, y GIMP. Siempre tuvimos en mente el objetivo social, cultural y no lucrativo, de ofrecer una solución libre, accesible y completa.

Un legado que sigue creciendo

A día de hoy, Quirinux sigue siendo un proyecto en constante evolución, gratuito y de código abierto, pero más que eso, es el resultado de una visión compartida. Mi recorrido como desarrollador, músico y animador ha influido en cada detalle de esta plataforma, y lo que comenzó como una solución personal, hoy es una herramienta utilizada por creadores de todo el mundo.

La historia de Quirinux es la historia de la colaboración, del aprendizaje constante y del deseo de ofrecer una plataforma que permita a otros contar sus propias historias. Seguimos avanzando, construyendo juntos este viaje que empezó con un sueño y que continúa gracias a todos los que creen en el poder del software libre y en la capacidad de la tecnología para transformar la creatividad.